Ha llegado el día
En que lo bueno es malo
Y lo malo es bueno
Momento en el cual es preciado ser perverso, y desgraciado ser correcto.
Por eso cambiaré mi forma de ser
Para poder comprender que es lo que debo hacer
No abriré puertas a la damas,
Diré qué.
es por qué.
no quiero manipularlas.
No diré ni bueno días ni muchas gracias,
Pues no es necesario, a quien se engañan.
Daré limosnas en vez de consejos
Así tengo el control sobre el pobre y su superación.
Golpearé a las personas
Por que esa es la única forma de enseñar
Obviaré mi deber familiar
Acaso yo pedí que me engendrarán?
Me enamoraré de lo interno
Pues seré hipócrita: la belleza no importa
Cuidaré mi físico
Pues olvidare lo espiritual
Buscare la perfección
El balance no interesa
Pero como ser lo que no puedo ser? Mi energía deambula sobre el cuerpo como un patrón de conducta, has esto, has el otro, y no puedo, simplemente no puedo ser lo que el tumulto humano desea de mi.
Que tan malo es ser bueno?
La pregunta nos aterra por que sabemos
que hemos sucumbido a lo fácil, a la ilusión de un sentir momentario
que nos deja tan vacío como una ciudad rellena de personas.
Nueva York, que mueran 200 personas, mas conglomerado será la espiritualidad cuando haya espacio para pensar.
Barcelona, por que te engañas tan despiadadamente, destruye esas cadenas de conformismo y orgullo y demuestra la fuerza interna, esa si es fuerza, aquella que viene del pensar. Meditar. Espiritualidad. Bondad.
Silencio para aquellos muertos que deambulan mis pensamientos (200 muertos que sin ellos no existiría este pensamiento). Por que lo bueno es siempre bueno, y mientras tu hagas lo que crees es correcto, no habrá ni infierno ni cielo. Amen.
Jack Raif
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